PASTORAL SOCIAL Y DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

La Pastoral Social es un ministerio de Evangelización. Como ministerio pastoral, la evangelización de lo social es un servicio al Reino. Por tanto, la Iglesia, además de formar las conciencias y denunciar lo que se opone al Reino, debe animar experiencias concretas de vivencia de los valores del Reino, formas de vida más cercanas a la justicia y la solidaridad evangélicas. Estas experiencias deben ser significativas por los valores que las animan, por la lógica con la que se organizan y por su impacto en la sociedad.

La Palabra es uno de los elementos constitutivos de la acción evangelizadora: La Pastoral Social como acción evangelizadora sólo puede hacerse con los criterios del Evangelio. Esto exige incluir en todas sus acciones el fundamento sólido de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios debe acompañar cada uno de los momentos de la Pastoral Social, desde el acercamiento a la realidad hasta el diseño de los programas y acciones para incidir en ella.

Para incidir en la realidad, hay que situarnos en ella e interpretarla con definida actitud cristiana. No lo podemos hacer si no es refiriéndola al Evangelio que la ilumina, a la enseñanza del Magisterio que actualiza la Palabra y a la reflexión teológica que la profundiza.

Para auxiliarse en esta tarea la Pastoral Social cuenta con la Doctrina Social de la Iglesia, que tiene como objetivo principal “interpretar esas realidades, examinando su conformidad o diferencia con lo que el Evangelio enseña acerca del hombre y su vocación terrena y a la vez trascendente, para orientar en la consecuencia la conducta cristiana” (SRS 41).

Conviene no olvidar que para la Iglesia, el mensaje social del Evangelio no debe considerarse como una teoría, sino, por encima de todo, un fundamento y un estímulo para la acción. La enseñanza social será creíble, nos dice el Documento de Puebla, en la medida que responsa de manera eficaz a los desafíos y problemas graves que surgen de nuestra realidad y se corrobore por el testimonio de las obras (DP 476).

La Doctrina Social de la Iglesia dicta los criterios fundamentales de la acción pastoral en campo social: anunciar el Evangelio; confrontar el mensaje evangélico con las realidades sociales, proyectar acciones cuya finalidad sea la renovación de tales realidades, conformándolas a las exigencias de la moral cristiana.

Formar la conciencia social de las personas y la conciencia social colectiva es tarea de los apóstoles de la Pastoral Social que deben dar especial atención a los espacios creadores de cultura: la familia, los ambientes de trabajo, las escuelas, las universidades, los medios de comunicación, las organizaciones civiles, los partidos políticos y las mismas estructuras de gobierno.

Para que la Enseñanza Social de la Iglesia pueda incidir en la organización social, inspirar los procesos sociales, incluso la misma legislación, es necesario hacerla presente en el espacio público, como una propuesta que se refiere a situaciones y problemas concretos, como perspectiva ética alternativa, como crítica, en nombre de los derechos fundamentales y de los derechos sociales. Libros, revistas, periódicos diocesanos, boletines parroquiales, programas de radio y televisión, son lugares indicados para posicionar la enseñanza social en el foro público.

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