La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó esta mañana que los miles de fieles que lleguen al Vaticano este fin de semana para asistir a la ceremonia de beatificación del Papa Juan Pablo II podrán venerar como reliquia del futuro beato una pequeña ampolla de sangre.
La reliquia que será expuesta a la veneración de los fieles, en ocasión de la beatificación del Papa Juan Pablo II, es una pequeña ampolla de sangre, insertada en el precioso relicario que la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice ha hecho preparar para este momento solemne y entrañable, según sostiene un comunicado de la Oficina.
El texto explica que el personal médico a cargo del cuidado del Papa en sus últimos días realizó extracciones de sangre para ponerla a disposición del Centro de Transfusiones del Hospital Bambino Gesú –a cargo del servicio médico papal-, en vista de una eventual transfusión.
Según detalla Radio Vaticana, sin embargo, no se realizó ninguna transfusión y la sangre extraída quedó conservada en cuatro pequeños contenedores. Dos de los cuales quedaron a disposición del secretario particular del Papa Juan Pablo II, cardenal Dziwisz, y los otros dos han permanecido en el citado hospital, devotamente custodiados por las religiosas de este centro. Precisamente éstos son los que han sido colocados en dos relicarios.
Uno será presentado a la veneración de los fieles, en ocasión de la ceremonia de Beatificación, del uno de mayo, y luego se conservará en el Sacrario, a cargo de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, junto con otras importantes reliquias. El segundo se volverá a entregar al hospital pediátrico romano Bambino Gesú, cuyas religiosas, como se ha dicho, habían custodiado esta preciosa reliquia en estos años. La sangre se encuentra en estado líquido, circunstancia que se explica por la presencia de una sustancia anticoagulante, presente en las probetas en el momento de la extracción.
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