El Sínodo de los Obispos




 
El Sínodo de los Obispos

Los diversos medios de comunicación nos han dado la noticia de que nuestro señor Arzobispo, D. José G. Martín Rábago asistirá al Sínodo de los Obispos en la ciudad de Roma y nos alegramos que haya sido elegido para esta tarea, que de manera sencilla  él comentó en una reunión: “Es un trabajo de muchas horas, con un espíritu fraternal”.
Veamos un poco de qué se trata esta reunión de los Obispos de la Iglesia de Iglesia Católica. Fue en la celebración del Concilio Vaticano II, cuando se pudo constatar, las diversas maneras de ver el futuro de la Iglesia y su modo de cumplir su misión por parte de los participantes al concilio. El Papa Pablo VI, quien le tocó continuar con esta crucial reunión, convocada por el papa Juan XXII, una vez terminado el Concilio, el 15 de septiembre de 1965 con el Motu Proprio Apostolica sollicitudo, creó el Sínodo de Obispos con la misión de ayudar al Sumo Pontífice a realizar su tarea de gobierno en la Iglesia universal, dando un paso muy importante en el camino de la encarnación de la Palabra de Dios en las diferentes regiones del mundo.
El sínodo tiene dos tipos de asambleas: asambleas generales y asambleas especiales. Las Asambleas generales del Sínodo de los Obispos tratan asuntos concernientes a toda la Iglesia; mientras que las Asambleas especiales tratan cuestiones que conciernen directamente a Iglesias y regiones determinadas. Además hubo cinco Asambleas especiales del Sínodo de los Obispos en torno al año 2000, en que el Papa Juan Pablo II convocó una Asamblea especial por cada continente.
Las Asambleas generales pueden ser ordinarias y extraordinarias. Las Asambleas extraordinarias del Sínodo de los Obispos, tratan asuntos que piden una solución inmediata. En las Asambleas extraordinarias participan menos personas que en las Asambleas ordinarias, para facilitar el análisis de los temas a tratar. Es el Sumo Pontífice quien convoca el Sínodo, elige el tema a tratar, designa a sus miembros, preside él mismo la asamblea o designa al Presidente y recibe las sugerencias presentadas por los obispos, ya que la reunión tiene carácter consultivo. Se llama a esta reunión, mediante el decreto de convocatoria, el cual determina el carácter de la Asamblea, así como el número de participantes y la forma como se elegirán, aquellos que proceden de las Conferencias Episcopales.
A los miembros de la Asamblea del Sínodo de los Obispos también se les llama Padres sinodales. En el Código de Derecho Canónico donde se encuentran las leyes que rigen la organización de la Iglesia, en el canon 346 podemos encontrar las indicaciones de  quiénes integran las distintas Asambleas del Sínodo de los Obispos.
La Secretaría General del sínodo generalmente elabora un instrumento de trabajo (instrumentum laboris) que se envía a los convocados. En él se contienen las líneas generales del trabajo que se pretende desarrollar en la Asamblea, así como las consultas que se ponen a la consideración de los Padres sinodales.
Estas asambleas han tenido lugar en la ciudad de Roma, aunque nada impide que se puedan realizar en otro sitio. Las Asambleas ordinarias suelen desarrollarse en sesiones diarias durante un mes aproximadamente. El Sínodo es presidido por el Papa, aunque puede delegar la presidencia en un obispo o cardenal. El órgano permanente del sínodo es la Secretaría General, cuya tarea se centra en la elaboración de los textos y documentación que servirá de base para los estudios de la Asamblea.
Las Asambleas del Sínodo de los Obispos finalizan con la clausura, presidida por el Papa. Además, se suspende cuando una vez convocada o durante su celebración, se produce la vacante de la Sede Apostólica; y asimismo se suspende la función de los Padres sinodales hasta que el nuevo Pontífice declare disuelta la asamblea o decrete su continuación.
Las actas del Sínodo, se presentan al Santo Padre, en ellas aparecen propuestas, consultas y sugerencias. Después de casi todas las Asambleas del Sínodo de Obispos el Papa ha promulgado una exhortación postsinodal. Una de las sugerencias más importantes que se llevaron a la práctica de un sínodo fue la elaboración del Catecismo de la Iglesia Católica, sugerencia que procede del Sínodo de 1977, que tuvo como tema la catequesis. Otros temas que se han tratado en estas reuniones son: “Preservación y fortalecimiento de la fe católica, su integridad, su fuerza, su desarrollo, su coherencia doctrinal e histórica.” 1967. "El sacerdocio ministerial y la justicia en el mundo" 1971. "La evangelización en el mundo moderno" en 1974, que dio como fruto la valiosa Exhortación Apostólica “Evangelii nuntiandi” dada en 1975.
La XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (7-28 de octubre de 2012) tendrá el tema: “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”. El domingo 7 de octubre  a las 09.30 hora de Roma se tendrá la solemne inauguración con la Concelebración de la Santa Misa en la Plaza de San Pedro. Los trabajos diarios según el programa, se realizarán de 9 a 12:30 por la mañana y de 4:30 p.m. a 7:00 p.m. por la tarde. El Sínodo finaliza cuando termina el periodo de sesiones fijado previamente, y el Papa realiza una intervención de carácter apostólico y de exhortación a los Obispos convocados. Los Padres sinodales elaboran el Mensaje al Pueblo de Dios y la lista final de las propuestas, desde donde el Santo Padre parte para redactar la Exhortación Apostólica Postsinodal.
Pongámonos en oración para encomendar a Dios estos esfuerzos de la Iglesia por llevar la Luz de Cristo a los que andan en tinieblas.
P. Apolinar Torres O.

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