Hoy en día la Libertad es un valor fundamental, con ella somos capaces de elegir o tomar decisiones con una finalidad, el bien, para uno mismo y para los demás.
También la palabra libertad significa “volver a la madre”, amar. Así entendida podemos afirmar que la libertad nos provee de una experiencia amorosa que nos ayuda a vivir de manera plena y realizar lo que realmente somos, por eso la familia es un lugar propicio para que se desarrolle.
Poder elegir conforme a un fin, no es una decisión arbitraria, al contrario cuando decidimos acerca de las cosas, es decir, ejercemos nuestra libertad, lo hacemos siempre en busca del bien. El bien es todo aquello que nos hace ser nosotros mismos, que involucra toda nuestra persona y que procura el desarrollo pleno de quienes están también en el entorno.
La plena libertad sólo se da cuando hay un equilibrio entre los derechos que tenemos a realizarnos como personas y las responsabilidades que asumimos cuando tomamos nuestras decisiones y hacemos nuestras elecciones. Habrá que tener cuidado de mal interpretar la libertad. Pues la libertad tiene mucho que ver con la verdad. La verdad nos hace libres, pues quien vive en la mentira, siempre está asustado y temeroso de que un día se pueda descubrir que no es cierto lo que dice o hace y entonces se pierde la libertad, pues poco a poco se va atando uno a las circunstancias, a un poco de codicia, de envidia, de hipocresía, de envidia, hasta que esos pequeños eslabones terminan por formar una cadena de la que se vuelve difícil desatarse.
Dios los sabe perfectamente, por eso cuando da los mandamientos al pueblo de Israel, les recuerda: “Yo soy tu Dios, el que te saco de Egipto”, haciendo hincapié en que antes estaban en la esclavitud, y será con Él, cuando realmente conozcan lo que es la verdadera libertad. Por eso lo mandamientos tratan de poner en alerta a las personas sobre posibles confusiones de la mente y del corazón, pues es ahí donde comienzan las batallas y las guerras.
Cuando Dios pone en claro que para salvaguardar la libertad solo se debe de tener como Dios a Él, lo hace precisamente para estar conscientes de que todo lo demás nos esclaviza, nos lleva a la destrucción, a las dependencias y por lo tanto a perder la oportunidad de vivir como verdaderos seres humanos.
También la palabra libertad significa “volver a la madre”, amar. Así entendida podemos afirmar que la libertad nos provee de una experiencia amorosa que nos ayuda a vivir de manera plena y realizar lo que realmente somos, por eso la familia es un lugar propicio para que se desarrolle.
Poder elegir conforme a un fin, no es una decisión arbitraria, al contrario cuando decidimos acerca de las cosas, es decir, ejercemos nuestra libertad, lo hacemos siempre en busca del bien. El bien es todo aquello que nos hace ser nosotros mismos, que involucra toda nuestra persona y que procura el desarrollo pleno de quienes están también en el entorno.
La plena libertad sólo se da cuando hay un equilibrio entre los derechos que tenemos a realizarnos como personas y las responsabilidades que asumimos cuando tomamos nuestras decisiones y hacemos nuestras elecciones. Habrá que tener cuidado de mal interpretar la libertad. Pues la libertad tiene mucho que ver con la verdad. La verdad nos hace libres, pues quien vive en la mentira, siempre está asustado y temeroso de que un día se pueda descubrir que no es cierto lo que dice o hace y entonces se pierde la libertad, pues poco a poco se va atando uno a las circunstancias, a un poco de codicia, de envidia, de hipocresía, de envidia, hasta que esos pequeños eslabones terminan por formar una cadena de la que se vuelve difícil desatarse.
Dios los sabe perfectamente, por eso cuando da los mandamientos al pueblo de Israel, les recuerda: “Yo soy tu Dios, el que te saco de Egipto”, haciendo hincapié en que antes estaban en la esclavitud, y será con Él, cuando realmente conozcan lo que es la verdadera libertad. Por eso lo mandamientos tratan de poner en alerta a las personas sobre posibles confusiones de la mente y del corazón, pues es ahí donde comienzan las batallas y las guerras.
Cuando Dios pone en claro que para salvaguardar la libertad solo se debe de tener como Dios a Él, lo hace precisamente para estar conscientes de que todo lo demás nos esclaviza, nos lleva a la destrucción, a las dependencias y por lo tanto a perder la oportunidad de vivir como verdaderos seres humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario