INICIAMOS LA CUARESMA, TIEMPO PROVIDENCIAL PARA LA CONVERSIÓN
Nuevamente Dios toma la iniciativa y NOS CONVOCA para que nos dejemos purificar y santificar por Él.
Es la oportunidad de hacer un alto y ver cómo va nuestra vida. Descubrir nuestras debilidades y pecados y estar dispuestos a pedir perdón a Dios y a los prójimos a quienes hayamos ofendido.
Por supuesto que también debemos de perdonar a quienes nos hayan ofendido. Así se lo decimos en el Padre Nuestro.
La tradición de la Iglesia nos invita a hacer oración y penitencias: AYUNO Y ABSTINENCIA DE COSAS MATERIALES.
Pero estas mortificaciones no sirven si no se acompañan de la CARIDAD, que es el primer fruto de los Sacramentos Confesión y Comunión, (La Santa Misa).
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