Completo
El Papa Benedicto XVI comunicó a la Iglesia universal, mediante la
Carta Apostólica “LA PUERTA DE LA FE”, su decisión de convocar un Año de la fe.
Desde que se hizo público este anuncio, se ha ido acrecentando en el ánimo de
las comunidades y de los individuos el anhelo por conocer más en profundidad el
espíritu de esta iniciativa, a fin de que todos nos dispongamos a vivir
intensamente este tiempo de gracia.
En la Carta Apostólica el Papa nos señala los tiempos, la
justificación, la finalidad y la orientación básica que debe inspirar las
variadas iniciativas y los itinerarios que recorrerán las diferentes instancias
eclesiales.
I.- LOS TIEMPOS.
El Papa dice: “He decidido convocar un Año de la fe. Comenzará el
11 de octubre de 2012, en el 50 Aniversario de la apertura del Concilio
Vaticano II, y terminará en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el
24 de noviembre de 2013”. (Puerta de la fe 4)
El 11 de octubre se cumplirán también 20 años de la publicación
del Catecismo de la Iglesia Católica, promulgado por el Papa Juan Pablo II, con la intención de ilustrar en todos los fieles la fuerza y la belleza de la fe.
II.- JUSTIFICACIÓN
No podrían pasar desapercibidos estos dos grandes acontecimientos
eclesiales. El Concilio Vaticano II, convocado por el Papa Juan XXIII, considerado, con justa razón, como el
acontecimiento más importante del siglo XX para la Iglesia Católica. El Papa
Juan Pablo II decía: “El Vaticano II ha sido siempre, y es de una manera
particular en estos años de mi pontificado, el punto constante de referencia de
toda mi acción pastoral, en un esfuerzo consciente por traducir sus directrices
en aplicaciones concretas y fieles, en el seno de cada Iglesia y de todas las
Iglesias. Es preciso volver sin cesar a esta fuente”.
El Catecismo de la Iglesia Católica fue entregado a los fieles de
todo el mundo, por el Papa Juan Pablo II, el día 11 de octubre de 1992, como un
texto de referencia para una catequesis renovada; en él se nos presenta una
síntesis completa de toda la doctrina católica que permite que todos conozcamos
lo que la Iglesia profesa, celebra, vive y ora en el caminar de la vida diaria.
El desenvolvimiento de la acción pastoral de la Iglesia, desde el
último tercio del siglo XX hasta nuestros días, no podría entenderse sin hacer
referencia a estos instrumentos providenciales, a través de los cuales el
Espíritu ha sostenido y guiado el caminar de todos los sectores del Pueblo
Santo de Dios.
III.- LA FINALIDAD
El Papa nos expresa claramente la finalidad de este Año de la fe:
“El Año de la fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al
Señor único Salvador del mundo (Puerta de la fe 6).
En el centro de esta celebración estará la persona de nuestro
Señor Jesucristo, porque “no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres
por el que nosotros debamos salvarnos” (Hech. 4,12). Es en Jesús en quien
debemos tener siempre los ojos fijos, porque él es el que inicia y lleva a la
perfección nuestra fe (cfr. Heb. 12,2).
La experiencia viva de la fe transforma los pensamientos, los
afectos, la mentalidad, el comportamiento y las decisiones básicas de la vida.
Podríamos caer en la trampa de pensar que ya tenemos adquirida la fe y que la estamos viviendo por
el simple hecho de estar en un ambiente donde la mayoría nos confesamos
creyentes; sin embargo la verdad es que “el núcleo de la crisis de la Iglesia
actual es la crisis de la fe. Si no encontramos una respuesta para ella, si la
fe no adquiere una nueva vitalidad, con una convicción profunda y una fuerza
real, gracias al encuentro con Jesucristo, todas las demás reformas serán
ineficaces” (Benedicto XVI- Discurso a la Curia en diciembre de 2011).
La fe no es algo que se posee de una vez y para siempre, sino que
debe ser constantemente renovada, repensada, fortalecida, para que se convierta
en el motor que ilumina y fortalece la mente y el corazón y nos lleve siempre a
recuperar la belleza de nuestra vocación de creyentes.
El Año de la fe debe ser una oportunidad para profundizar las
convicciones en las que creemos y nos debe llevar a ser capaces de dar
razón de
lo que profesamos. Sin una experiencia vivencial de lo que proclamamos
caeríamos en una monótona repetición de fórmulas y en un ritualismo de
celebraciones que se sostienen por la inercia y la rutina, pero que ni nos
confrontan con la vida, ni provocan el entusiasmo que hace contagiosa la
belleza del descubrimiento de Jesucristo.
Hoy se percibe, con preocupación, que hay conductas que
manifiestan la pérdida o el debilitamiento de la fe en amplios sectores de la
sociedad; lo constatamos en quienes se dicen creyentes, pero que viven una
creencia reducida a prácticas religiosas ocasionales y de carácter más bien
social. Lo vemos también en quienes rechazan abiertamente toda referencia a
Dios y viven una vida sin ninguna orientación a verdades trascendentes.
El Año de la fe no está orientado sólo a quienes viven una crisis
en su relación con Dios; pretende también llegar a las personas que andan en
búsqueda y desean encontrar respuestas a preguntas inquietantes sobre el
sentido de la vida, sobre el más allá, sobre el significado del sufrimiento; a
ellos también se orientan las iniciativas de este Año. El Papa, dice: “no
podemos olvidar que muchas personas en nuestro contexto cultural aún no
reconociendo en ellos el don de la fe, buscan con sinceridad el sentido último
y la verdad definitiva de su existencia y del mundo” (Puerta de la fe 10).
IV.- LA ORIENTACIÓN
BÁSICA
El camino que nos conducirá a vivir el espíritu propio de este Año
es el de la nueva evangelización. De hecho el Papa ha convocado la Asamblea
General del Sínodo de los obispos, a celebrarse en octubre de 2012 con el tema
de la “Nueva Evangelización para la transmisión de la Fe Cristiana”.
“Se espera que a partir de la celebración del Sínodo crezca en la
Iglesia el coraje y las energías a favor de una nueva evangelización, que lleve
a redescubrir la alegría de creer, y ayude a encontrar nuevamente entusiasmo en
la comunicación de la fe” ( Inst. de Trabajo del Sínodo – 9).
El robustecimiento de la fe en las comunidades y en los individuos
sólo se podrá lograr si la Iglesia se deja conducir por el Espíritu, para
saborear de una forma renovada el regalo del encuentro con el Padre y vivir en
intimidad con Jesús, comunicando a los hombres la experiencia de la fe como un
don que ella ha recibido gratuitamente. Este proceso es lo que llamamos nueva
evangelización.
Se trata de que la Iglesia se interrogue a sí misma y, con renovado
vigor, se empeñe en un clima cultural nuevo a hacer propuestas concretas desde
la experiencia de la fe, con un nuevo impulso evangelizador.
“El adjetivo 'nueva' hace referencia al cambio del contexto
cultural y evoca la necesidad que tiene la Iglesia de recuperar energía,
voluntad, frescura e ingenio en su modo de vivir la fe y de transmitirla”
(Inst. de Trabajo del Sínodo – 49).
El Año de la fe pretende hacernos conscientes de los cambios
culturales que estamos viviendo y de la necesidad de replantearnos con valentía
las formas de cómo debemos vivir y anunciar la fe a este mundo en constante
ebullición.
Dar una respuesta desde la fe a los desafíos del mundo actual nos
exige renovarnos en nuestro interior y renovar las estructuras que ahora ya
resultan caducas e insuficientes; entre todas sobresale la importancia de la
transformación de las parroquias; en efecto ellas son los espacios donde se
crea la vida cristiana, ellas deben ser el sostén de la fe de sus miembros,
ellas tienen la misión de iluminar la vida social a través de testimonios
cristianos convincentes; todo esto es de especial urgencia en el ámbito de las
grandes ciudades, dominadas por la masificación y el anonimato.
V.- ORIENTACIONES
PASTORALES DIOCESANAS PARA EL AÑO DE LA FE
La Congregación para la Doctrina de la Fe ha presentado una Nota
con indicaciones para el Año de la fe. Se trata de indicaciones que competen a
los diferentes ámbitos de la Iglesia. Cuando se refiere al ámbito diocesano,
dice: “Cada obispo podrá dedicar una Carta pastoral al tema de la fe,
recordando la importancia del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia
Católica, teniendo en cuenta las circunstancias específicas de la porción de
fieles a él confiada”(No. 3).
Atendiendo a estas recomendaciones, ofrezco las siguientes
indicaciones pastorales para esta diócesis. Han sido sugeridas por varios
organismos: el Consejo Presbiteral, la Vicaría de Pastoral, los Vicarios
episcopales, los Decanos, los responsables de las Comisiones y Dimensiones diocesanas de pastoral. Han sido revisadas
por nosotros, los obispos de la diócesis, y las presento para su aplicación
eficiente y generosa.
Objetivo general: “Recomenzar
desde la experiencia del Encuentro con Cristo, rostro del Amor del Padre,
y Puerta de la fe, para conocer,
celebrar, orar y vivir la alegría de ser cristianos en todos los niveles de la
Iglesia y la sociedad.”
Lema: “Creemos Señor, pero aumenta nuestra fe” (cfr. Lc. 17,5)
Coordinación General: La Vicaría Diocesana de Pastoral coordinará el programa de celebración
del “Año de la Fe”.
Actitudes
1. Que las Comisiones y Dimensiones de pastoral impregnen de
espíritu de fe todos sus proyectos,
programas y actividades.
2. Que los sacerdotes hagan un esfuerzo especial para vivir la fe,
y así toda la acción pastoral refleje ese espíritu, que se convierta en impulso
y aliciente para toda la comunidad.
3. Que sacerdotes y fieles hagamos de los Sacramentos y de manera
especial de la Eucaristía, verdadera celebración de nuestra fe.
4. Que se preparen bien las homilías para que en verdad conduzcan
a la práctica de la fe en la vida diaria.
5. Que toda catequesis sea auténtica y conduzca y ayude a la
práctica de la fe.
Cronograma general:
Mes de difusión del “Año de la Fe” (11 de septiembre -11 de
octubre de 2012).
Jueves 11 de octubre de 2012: SOLEMNE APERTURA DEL “AÑO DE LA FE”
con una Misa en la Plaza Expiatorio, en León, y en todos los templos
parroquiales de fuera de la ciudad de León.
Primera Etapa: LA FE QUE PROFESO (octubre, 2012- enero 2013).
Segunda Etapa: LA FE QUE CELEBRO (febrero – abril).
Tercera Etapa: LA FE QUE VIVO (mayo- julio).
Cuarta Etapa: LA FE QUE REZO (agosto - octubre)
Domingo 24 de noviembre de 2013, SOLEMNIDAD DE NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO: CONCELEBRACION DE CLAUSURA DEL “AÑO DE LA FE”.
NOTA: Cada una de estas etapas, pide la vivencia de las demás, de
manera simultanea y permanente durante toda la vida, pero la división se hace
para impulsar de manera especial durante el proceso del Año de la fe, cada
aspecto.
Cronograma de
actividades:
1. Acciones Permanentes
durante el año
- Aprovechar los medios de comunicación para difundir la fe
(Comisión para la Pastoral de Comunicación).
- El Museo Diocesano como
catequesis de fe (Área de Arte Sacro).
- Elaboración de cápsulas del Credo para ser presentadas en Misa,
en las hojas parroquiales y diferentes subsidios (Dimensión para la
Evangelización y la Catequesis).
- Ejercicios espirituales para sacerdotes: “Sacerdotes, testigos
de la fe” (Dimensión para el Presbiterio Diocesano).
- Que en los Colegios católicos se impartan a todos sus alumnos
algunas catequesis sobre la fe (Dimensión para la Pastoral de la Cultura y
Dimensión para la Pastoral Educativa).
- Que en cada parroquia el párroco y todos los sacerdotes estudien
con los grupos de apostolado, por lo menos en una visión general, el Catecismo
de la Iglesia Católica y los Documentos del Concilio Vaticano II.
- Que en la Pastoral Juvenil se dé a conocer y se estudie el
YOUCAT (Catecismo Joven de la Iglesia Católica) (Comisión para la Pastoral de
Familia, Juventud y Laicos).
- Que en las fiestas de la Santísima Virgen María se predique de
cómo vivió ella la fe.
- Que en las Misas de solemnidad, fiesta o memoria de los santos
se haga alusión a la forma en que ellos vivieron la fe.
2. Mes de
sensibilización. (Septiembre)
- Elaborar un power point del Catecismo de la Iglesia Católica y
de los Documentos del Concilio Vaticano II (Comisión para la Pastoral Profética
y Comisión Diocesana para la Pastoral de la Comunicación).
- Iniciar la lectura y estudio de la Carta Apostólica “Porta
Fidei” con todos los grupos de
apostolado, en las parroquias.
- Elaborar un rito para entronizar la Biblia en Familia (Dimensión
para la Animación Bíblica de la Pastoral).
- Que en el Seminario se estudie la Carta Apostólica “Porta
Fidei”, para que los seminaristas vivan, y ayuden a vivir con más eficacia el “Año de la fe” en las parroquias.
3. Primera etapa: La Fe
que Profeso (octubre, 2012 – enero, 2013)
- 11 de octubre de 2012:
Misa de inicio del “Año de la fe”.
- 11 de octubre de 2012: Iniciar el “Año de la fe” en la parroquia
y en la familia, colocando un signo que recuerde este tiempo de gracia.
- Proporcionar material apologético apropiado (Comisión para la
Pastoral Profética).
- Proporcionar subsidio para revitalizar la fe en novenarios y
fiestas patronales (Dimensiones para la Pastoral Litúrgica y la Piedad
Popular).
- Cursos para catequistas y otros agentes sobre los Documentos del
Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica (Dimensión para la Evangelización y la
Catequesis).
4. Segunda etapa: La Fe
que Celebro (febrero – abril).
- Curso de Renovación Teológica, para el Presbiterio, y laicos
comprometidos, sobre los Documentos del
Concilio Vaticano II y el Catecismo de
la Iglesia Católica (Dimensión para el Presbiterio Diocesano).
-Semanas de Formación permanente y Ejercicios espirituales, para
el Presbiterio, que orienten hacia la vivencia de la fe. (Dimensión para el
Presbiterio Diocesano).
- Cuaresmales sobre la fe y la caridad (Dimensión para la
Evangelización y la Catequesis).
- Unificar criterios y contenidos en Pláticas Pre-sacramentales.
(Dimensión para la Evangelización y la Catequesis).
- Proporcionar subsidios para revitalizar las celebraciones desde
la fe. (Dimensión para la Pastoral Litúrgica).
- Ofrecer subsidios para mejorar las homilías. (Dimensión para la
Pastoral Litúrgica).
5. Tercera etapa: La Fe
que Vivo (mayo – julio).
- Impulsar el encuentro con Jesucristo por la predicación
Kerigmática, en procesos, homilías y casa por casa (kerigma corto) (Área de
Kerigma)
- Elaborar y realizar un proyecto de pastoral social en cada
parroquia (Comisión para la Pastoral Social).
6. Cuarta etapa: La Fe
que Rezo (agosto – octubre).
- Incremento en las parroquias, de la Adoración al Santísimo
Sacramento, como espacio de fe y de encuentro personal con Cristo. (Dimensión
para la Piedad Popular).
- Aprovechar todas las oportunidades posibles, para centrar e
iluminar de acuerdo al Evangelio, las expresiones de piedad popular. (Dimensión
para la Piedad Popular).
- Impulsar el rezo del Santo Rosario, explicando su contenido
Trinitario, Cristológico y Mariano. (Dimensión para la Piedad Popular).
- 24 de noviembre de
2013: Misa de Clausura del “Año de la fe”.
Ponemos bajo la maternal intercesión de la Madre Santísima de La
Luz la realización de las variadas actividades para la vivencia en profundidad
de nuestra fe. Ella, que estuvo íntimamente unida a Jesucristo, nos conducirá
con él, a través de los caminos de la peregrinación terrena, hasta el descanso definitivo.
León,
Gto., a 30 de agosto, fiesta de Santa Rosa de Lima.
Arzobispo
de León