ADVIENTO ¿QUÉ ES?

Con el tiempo de Adviento, iniciamos un año nuevo litúrgico. Adviento significa VENIDA, prepararnos a la venida de Cristo
Jesús, prepararnos a la Navidad. Es el tiempo en que los cristianos nos preparamos para la venida de Jesucristo.

¿Qué es lo que realmente esperamos?
Los comerciantes esperan que suban sus ventas; muchos obreros y empleados esperan el aguinaldo de sus trabajos, para pagar deudas, comprarse ropa o calzado, o bien tener un poco de dinero y tener una Cena de Navidad; la mayoría de los niños esperan las posadas o recibir regalos de “Santa”; parece que los jóvenes ponen su expectativa en la oportunidad de poder irse de “reventón”; muchas familias se
preparan para los intercambios, pero… 
Tú cristiano, ¿qué esperas en este tiempo de Adviento?
En este tiempo de Adviento es conveniente, por una parte recordar y celebrar, el acontecimiento maravilloso de nuestra salvación, que es la llegada del Salvador. Y por otra parte, habrá que preguntarnos cómo es nuestra preparación para la Navidad La venida de Cristo es un acontecimiento tan importante que Dios quiso prepararlo durante siglos, y cuando llegó el momento, su Hijo llegó en unas circunstancias, que podríamos llamar, silenciosas. ¿Se hizo anuncio de su llegada con gran esplendor y publicidad? No ¿Se preparó un
lugar digno para que naciera? No ¿Hubo intercambio de regalos? No ¿Hubo música, cantos y danzas? No ¿Quién se enteró de que había llegado? Gente pobre.

Nosotros, cristianos de este tiempo, ¿cómo recibimos al Salvador? 
  • Si durante el tiempo de Adviento nos quedamos únicamente con lo externo, nos prepararemos a una fiesta de una noche, pasará ese momento y se terminó nuestra alegría.  
  • Si durante el tiempo de Adviento nos preparamos para intercambiar regalos, nuestra felicidad estará centrada en algo material y será grande o poca, si es de nuestro agrado o no el regalo que recibamos. 
  • Si nos preparamos para una noche de “juerga”, entonces no podremos estar preparados para la venida de Cristo, porque ni siquiera estuvimos en casa para recibirlo. De esta manera ¿cómo nos preparamos a vivir la Navidad?                                                                                                  
No podemos negar la importancia de lo material en nuestra preparación, pero debemos advertir que lo más importante no
son los adornos, los regalos, la comida, la música y la fiesta, sino el vivir en familia un encuentro personal y familiar con Jesús recién nacido. El Adviento nos lleva a la Navidad, y la Navidad es Dios-con-nosotros y nosotros-con-Dios. De una manera muy especial Jesús estará con nosotros si lo esperamos y nos preparamos en familia.  
 
 
Medios que nos ayudan:
La corona de adviento que nos lleva domingo a domingo a reflexionar sobre la Palabra de Dios que nos ayuda e ilumina en nuestra preparación a recibir al Salvador. 
 
Las Posadas.  
Hermosa tradición mexicana, la cual bien llevada es una gran catequesis que nos lleva a un encuentro comunitario con Jesús niño, y acompañar a María y José en la búsqueda de asilo para recibir a Jesús.
El Nacimiento, el cual es la representación plástica del momento al que nos preparamos: el Salvador entre nosotros,
hecho hombre como nosotros. 
Recibir los Sacramentos de la Confesión y la Comunión, son sin duda, la mejor forma de prepararnos a recibir a nuestro Dios. Sólo con un espíritu limpio podemos recibir a Jesús. 
Y todo esto de la mano de María, madre de Jesús y nuestra madre, ella es quien mejor nos puede decir cómo debemos recibir a su Hijo, ya que ella lo llevó en su vientre durante nueve meses, y después lo tuvo en sus brazos y en su casa durante muchos años; es ella quien nos indica cómo debemos
aceptar y meditar la Palabra de Dios y cómo aceptar la voluntad del Buen Dios; es ella quien, de su mano, nos lleva siempre a su Hijo, ya que sabe que no es que ella sea “grande”, sino que es grande gracias a su Hijo, y es por Él por
quien recibimos todos los bienes; es ella quien recibió la promesa, y esperó y creyó en todo cuanto le fue anunciado.
 
Es con María, que podemos esperar y recibir mejor a Jesús.


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