Martín
hermano de fe y caridad

El 2 de junio de
1603 se consagra a Dios por su profesión religiosa. El P. Fernando Aragonés
testificará: "Se ejercitaba en la caridad día y noche, curando enfermos,
dando limosna a españoles, indios y negros, a todos quería, amaba y curaba con
singular amor". La portería del convento es un reguero de soldados humildes,
indios, mulatos, y negros; él solía repetir: "No hay gusto mayor que dar a los pobres". Pronto la
virtud del mulato dejó de ser un secreto. Su servicio como enfermero se
extendía desde sus hermanos dominicos hasta las personas más abandonadas que
podía encontrar en la calle.
Un día Martín
enferma y él dice que de esa enfermedad moriría, cuando vio que se acercaba el
momento feliz de ir a gozar de la presencia de Dios, pidió a los religiosos que
le rodeaban que entonasen el Credo.
Mientras lo cantaban, entregó su alma a Dios. Era el 3 de noviembre de 1639. El
Papa Gregorio XVI lo declaró Beato en 1837. Fue canonizado
por El Papa Juan XXIII en 1962.
Primer día del Novenario |
El día 3 de noviembre fiesta solemne de San Martín de Porres, fue invitado uno de los frailes de la Orden de Predicadores Dominicos P. Luis Ramos, quien en una amena homilía nos recordó la vida de nuestro Santo y nos invitando a imitarlo en la humildad, servicio y amor al prójimo. Ya el domingo 4 sonaban las mañanita con la banda a las 5 de la mañana, acudiendo con mucha alegría fieles de la comunidad y devotos de San Martín, entrando a saludar las danzas quien bailaban en su honor. La Misa solemne del pueblo fue a las 10 de la mañana con el tradicional mariachi, para el cual cooperan muchos fieles. Las peregrinaciones de medio día llegaban con fieles de otras parroquias, a quien se le obsequió una guía para entronizar la Sagrada Biblia en sus hogares, por el “Año de la Fe”.
Y así avanzaba el día entre danzas, música de banda, juegos, antojitos, y los tradicionales fuegos pirotécnicos y cohetes. Por la tarde seguía la visita de las danzas en el templo y más peregrinaciones demostrando su fe con estos actos. Ya por la noche en medio de la lluvia y entre miles de visitantes se llevó a cabo la quema del castillo para culminar nuestra celebración al Santo morenito.
La celebración parroquial de su Santo patrono siempre es impulsada por
sus sacerdotes, en especial por su párroco, es por eso nos comparte su sentir y
su vivencia en este gran acontecimiento parroquial. Sr. Cura Apolinar Torres ¿cuál es la visión general de usted como párroco
de la celebración de la fiesta patronal? desde los preparativos hasta el
culmen. Siempre he notado un gran
entuciasmo y entrega, tanto de los agentes como en la comunidad en general. Es
una fiesta con muchos signos externos, pero sobre todo es un momento importante
de identidad como familia. Dios nos muestra su amor por intercesión de San
Martín, de modo evidente. Es tiempo de conversión, de recibir respuestas a
nuestras necesidades y de aumentar nuestra confianza en su providencia.
En una frase y unido al año
de la fe ¿cómo define a San Martín de Porres? Es un muy buen modelo y muy actual en especial por haber salido de una
familia “disfuncional” como nos lo recordó el P. Luís Ramos. Su fe y su caridad
no lo alejan, lo acercan al pequeño, al pobre, al excluido, al enfermo al
necesitado. Une fe y caridad en las acciones de cada día. Nos muestra el rostro misericordioso de
Cristo.
Gracias a cada uno de aquellos que trabajaron arduamente y con mucho
amor en la organización de la Fiesta San Martín de Porres 2012, Dios recompense
cada uno de los esfuerzos.
“Creemos,
Señor, pero aumenta nuestra fe”
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