Martín Rábago fue nombrado por el Papa Juan Pablo II el 23 de agosto
de 1995 como Décimo Obispo de la Diócesis de León, para después ser
nombrado el 26 de noviembre del 2006 Primer Arzobispo.
Por 17 años
y dos meses dirigió a los fieles leoneses. Desde ayer y hasta la
llegada del nuevo Arzobispo, Alfonso Cortés Contreras, monseñor Martín
Rábago queda como Administrador Apostólico.
El Primer Arzobispo
de León, notablemente sereno, recordó los logros, el aprendizaje y las
experiencias más gratificantes que tuvo a lo largo de estos años.
“El
Señor me regaló muchísimas oportunidades que compartí intensamente,
acontecimientos extraordinarios, la vida de la Arquidiócesis, la vida
del estado y a mí propia vida personal, desde luego lo más importante es
la elaboración de un Plan Diocesano de Pastoral”.
Haber recibido
la visita del Papa Benedicto XVI fue una de las experiencias más
fuertes, desafiantes y hermosas, añadió, además de haber tenido la
oportunidad de ver el desarrollo del estado de Guanajuato, el
crecimiento de León, así como acompañar la vida católica de la
comunidad.
Trató a su sucesor
Aludió diversas ocasiones en donde tuvo acercamiento y compartió aprendizaje con monseñor Cortés Contreras.
Una de ellas fue durante los años en los que quien será su sucesor fue
rector del Colegio Mexicano en Roma, en donde hasta se ofrecía para
conducirlo a los lugares a los que necesitaba trasladarse.
“En
varias ocasiones fui a Roma y siempre él buscaba estar presente en el
aeropuerto para recibirme y llevarme al Colegio Mexicano donde me
hospedaba y tener una actitud de disponibilidad para todo lo que se
ocupara, asuntos que yo tenía que arreglar contaba con él hasta como
chofer, él se disponía y siempre muy servicial con una actitud muy
agradable”, dijo.
Ahora siendo Obispo de Cuernavaca ambos
pertenecen a la Comisión Pastoral Profética que está conformada por 7
obispos, por lo que se encontraban periódicamente, él al frente de la
Dimensión de Educación y Martín Rábago al frente de la encargada de la
Doctrina de la Fe.
Fue ahí en donde se dio cuenta de la gran
habilidad del que será su sucesor para lograr realizar un trabajo
difícil, el de elaborar un proyecto educativo para la Iglesia de
México.
La mayor parte fue obra de Monseñor Cortés Contreras, que
tuvo la iniciativa de reunirse con maestros de diversas escuelas,
empresarios y así poder recabar la opinión de todos los sectores con
respecto a los problemas educativos.
El balance
Martín
Rábago resumió los 17 años de estar frente a la Arquidiócesis como años
de trabajo, de crear estructuras nuevas, de visitar a la gente
necesitada de las comunidades, años de interesarse en fortalecer la
formación de los candidatos al sacerdocio y de contacto con la gente.
El entonces Obispo Martín Rábago, a su llegada a nuestra ciudad,
el 18 de agosto de 1995. Lo acompañaba el entonces Nuncio, Girolamo
Prigione.
Entre los logros relevantes que se concretaron
con la colaboración de la comunidad diocesana fueron la construcción del
Seminario Menor, que estaba avejentado y se arregló para servir a los
jóvenes que se preparan en etapa intermedia, así como otro seminario en
San Felipe de Jesús.
Ahora al Emérito se le otorga la potestad de
participar activamente en las tareas que le eran propias antes de su
retiro y a consulta del encargado del mismo, se le da voz en asambleas y
reuniones a donde asiste en calidad de invitado de honor.
Los
arzobispos eméritos no forman parte de la Conferencia Episcopal, pero sí
son llamados consultivamente por su experiencia. Siguen perteneciendo
al Colegio Episcopal.
Aunque aún no se sabe cuándo llegará el
nuevo Arzobispo, antes de que termine el año esperan hablar con él para
planear cómo será recibido, pero se contempla que sea después de las
celebraciones feriales para que se pueda usar un espacio amplío como el
Poliforum para darle la bienvenida.
Revive su llegada
José
Guadalupe Martín revivió el recuerdo de cuando llegó por primera vez a
la ciudad y la describió como un hecho único en el que los fieles
católicos salieron a la calle a recibirlo.
“La ciudad se volcó
desde el aeropuerto a recibir al nuevo pastor diocesano, por toda la
carretera y por la calle de entrada, fue una multitud gigantesca
especialmente de niños de colegio que estaban esperando y vitoreando,
testificando su fe en la confianza de que llegaba un pastor que en
nombre de Cristo venía a hacerse cargo de la Diócesis”, recordó
Monseñor.
La misa solemne para darle la bienvenida se realizó en el Estadio León.
“Una
fecha que quedó grabada en mi memoria, ciertamente la recordaré siempre
y desde entonces seguí viviendo el acompañamiento, la simpatía del
pueblo, yo no puedo más que agradecer a Dios que me haya dado la
oportunidad de poder ser pastor de una Iglesia tan cercana, con tanta
visión de fe, que es lo que siempre he experimentado y encontrado en mis
17 años como Obispo de esta Diócesis”, evocó José Guadalupe Martín
Rábago.
Por Karla Ruíz AM
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