VATICANO, 05 Jun. 13 / 10:35 am (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco señaló esta mañana que es urgente en estos tiempos la ecología humana porque la persona humana está en peligro, en medio de una profunda crisis a causa del olvido de la ética.
En su reflexión de esta mañana ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro y refiriéndose al Día Mundial del Medio Ambiente que se celebra hoy, el Santo Padre dijo que "cuando hablamos de ambiente, de la creación, pienso en las primeras páginas de la Biblia, en el Libro del Génesis, donde se afirma que Dios puso al hombre y a la mujer en la tierra para que la cultivaran y la cuidaran. Y me pregunto, ¿Qué significa cultivar y cuidar la tierra?, ¿Estamos realmente cultivando y cuidando la creación?, ¿O la estamos explotando y descuidando?".
"Cultivar y cuidar la creación es una indicación de Dios, dada no sólo al inicio de la historia, sino a cada uno de nosotros; es parte de su proyecto; quiere decir hacer crecer el mundo con responsabilidad, transformarlo para que sea un jardín, un lugar habitable para todos".
El Papa ha recordado las muchas veces que Benedicto XVI dijo que "este cometido encomendado por Dios Creador requiere seguir el ritmo y la lógica de la creación. Nosotros sin embargo ?nos dejamos llevar a menudo por la soberbia del dominar, del poseer, del manipular, del explotar; no la "cuidamos", no la respetamos, no la consideramos como un don gratuito que debemos cuidar".
"Estamos perdiendo la actitud del asombro, de la contemplación, de la escucha de la creación, y así no conseguimos ver lo que Benedicto XVI llama ‘el ritmo de la historia de amor de Dios con el hombre’. ¿Por qué sucede esto?, ¿Por qué pensamos y vivimos horizontalmente?, nos hemos alejado de Dios, no vemos sus señales".
El Papa explicó luego que "cultivar y cuidar, no se refiere sólo a la relación entre nosotros y el ambiente, entre el hombre y la creación, afecta también a las relaciones humanas. Estamos viviendo un momento de crisis; lo vemos en el ambiente, pero sobre todo lo vemos en el hombre. La persona humana está en peligro: ¡He aquí la urgencia de la ecología humana!. El peligro es grave porque la causa del problema no es superficial, sino profunda: no es sólo una cuestión de economía, sino de ética y antropología...dominan las dinámicas de una economía y una riqueza carentes de ética".
El Papa dijo asimismo que "lo que manda hoy no es el hombre, es el dinero: ¡el dinero y la riqueza son los que mandan!. Y Dios, nuestro Padre, no ha dado el cometido de cuidar la tierra al dinero, sino a nosotros: a los hombres y las mujeres. ¡Somos nosotros los que tenemos este encargo!. Sin embargo, los hombres y las mujeres son sacrificados a los ídolos de la explotación y del consumo: es la cultura del descarte".
"Si una noche de invierno, aquí en la calle Ottaviano por ejemplo, muere una persona, eso no es noticia. Si en muchas partes del mundo hay niños que no tienen nada para comer, eso no es noticia, ¡es una cosa normal!. !Esto no puede continuar así!. Esto se convierte en una cosa normal: que haya personas sin hogar que mueren de frío por la calle, no es noticia, pero que la Bolsa de algunas ciudades baje diez puntos, es una tragedia. Así, las personas son descartadas, como si fuéramos desperdicios".
"La vida humana, la persona, no se ve como un valor primario que respetar y cuidar. Esta cultura del descarte nos ha convertido en insensibles también ante el derroche y el despilfarro alimentario. El consumismo nos induce a acostumbrarnos a lo superficial, al derroche cotidiano de la comida a la que a veces, no somos capaces de dar el justo valor que va más allá de los meros parámetros económicos. ¡Recordemos bien que los alimentos que tiramos a la basura son como si se los robáramos al pobre de la mesa, al que pasa hambre!"
El Papa finalmente alentó a todos a "reflexionar sobre el problema del derroche de los alimentos. Comprometámonos todos seriamente a respetar y cuidar la creación, cuidar de todas las personas, contrarrestar la cultura del derroche y del descarte, para promover una cultura de la solidaridad y del encuentro".
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